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"...Taylor se hizo famoso...por su elocuente predicación al aire libre, y a su gran coraje e ingenio para lograr ser escuchado a pesar de muchas amenazas...."

(1821-1902)
Evangelista, es el mayor de cinco hermanos y seis hermanas, nació el 2 de mayo de 1821, cerca de Lexington, Virginia, Estados Unidos de América, hijo de Stuart Taylor, agricultor curtidor, y su esposa Martha Hickman. Sus padres eran originalmente presbiterianos, sin embargo, después de una experiencia de su padre en un campamento de avivamiento se une a la Iglesia Metodista Episcopal.

La metodología misionera promovida por Taylor es un antecedente fundamental para comprender el desarrollo posterior del pentecostalismo en Chile. Más que una propuesta de innovación, Taylor entendía su modelo como una restauración de los métodos misioneros de la época apostólica, y en particular, del Apóstol Pablo. Según Taylor,

“Pablo colocó la entera responsabilidad del trabajo de la iglesia y el gobierno eclesiástico sobre sus convertidos nativos, bajo la inmediata supervisión del Espíritu Santo, tan pronto como él y sus experimentados y confiados compañeros misioneros pudieron dejarlos bien organizados, evitando cualquier interferencia foránea. Sus obispos administradores generales fueron nativos de los países extranjeros en los cuáles él había plantado iglesias: hombres tales como Timoteo y Tito”

Enseñó en la escuela rural de Virginia antes de ser aceptado en 1843 por la Conferencia Anual de Baltimore de la Iglesia Metodista Episcopal como un candidato para el ministerio. Su primer cargo pastoral fue un “circuito” que tenía una extensión de 120 Km que ha caballo recorría en 4 días, de este grupo de predicadores itinerantes que tenían a cargo un “circuito”, dos terceras partes de ellos murieron antes de haber rendido doce años de servicio.

Después de los nombramientos para los circuitos rurales se trasladó a la ciudad de Washington en 1846; en octubre de ese año se casó con (Isabelle) Anne Kimberlin de Fincastle. El matrimonio tuvo lugar con el compromiso que se daría libertad a todos los esclavos de los cuales la novia era coheredera. De este matrimonio nacieron ocho hijos y una hija, de los cuales tres murieron en la infancia o niñez.

En el año 1848 es enviado a abrir obra de la Iglesia Metodista Episcopal a California, territorio que recién en el año 1847 fue incorporado a Estados Unidos, al derrotar a México en un a guerra de conquista, cabe señalar que en enero de 1848 tuvo lugar el descubrimiento de una enorme riqueza en oro en una zona cercana al puerto de San Francisco, desatándose así una fiebre de oro que inició una tremenda migración a esa región.

Taylor consiguió pasajes en un velero que hacía trayecto de Baltimore a San Francisco, pasando por el Cabo de Hornos. Lo acompañó su esposa y dos hermanas de su esposa. Pasando frente al Cabo de Hornos nació una hija a quien dieron el nombre de Oceanía, quien falleció en San Francisco a los 14 meses de edad, junto con sus enceres embarcó los materiales para la construcción de una capilla. El viaje a San Francisco duró 155 días con una sola detención, tres días en el puerto de Valparaíso.

En Valparaíso, Taylor conoció a David Trumbull, el prócer del protestantismo chileno. A pesar que todo culto no católico estaba prohibido, Trumbull había establecido en la ciudad una congregación unida (Union Church), que entonces se reunía en un local en calle Aduana N°24, lugar donde fue invitado a predicar Taylor en 1847.

Cuando Taylor llega a San Francisco en California, esta era una ciudad con unas pocas casas de madera, mayoritariamente hechas de cajones y un vasto campamento de carpas donde vivían veinte mil hombres y unas diez mujeres.

Taylor se hizo famoso en aquella zona de California, por su elocuente predicación al aire libre, y a su gran coraje e ingenio para lograr ser escuchado a pesar de muchas amenazas.

También fue un prolífico escritor, asegurando el adecuado sostén de su familia con la venta de sus libros, entre los cuales se pueden mencionar, los relatos de sus aventuras de su estadía en California por 7 años, producto de lo cual sería conocido como “California Taylor”.

Después de California, Taylor trabaja durante cuatro años en campañas de evangelización en Iglesias y “Reuniones de campamento”, en estados del norte de Los Estados Unidos y Canadá.

En 1862 decide viajar a evangelizar a Australia, debido a lo cual su esposa e hijos regresan a California. Llega a Australia en 1863 haciendo escala en Inglaterra y Palestina. En Australia permanece casi cuatro años desarrollando un fructífero trabajo evangelístico.

Debido al grave estado de salud de su hijo mayor, con su familia se re encuentra en Ciudad del Cabo en Sudáfrica, donde Taylor siente el llamado a predicar a los aborígenes, dejando nuevamente a su familia. Al regresar con su familia conoce a su hijo menor quien tenía ya dos meses.

Posteriormente se dirige toda la familia Taylor a Inglaterra, donde William siguiendo su vocación de evangelista, decide realizar campañas en las islas inglesas del Caribe, donde hay mil convertidos y Guayana Británica, optando su esposa en volver con sus hijos a California.

Del Caribe Taylor se dirige nuevamente a Australia, llegando también a Tasmania. De Australia se dirigió a Ceylán, (Ahora Sri Lanka), donde otros mil convertidos durante una campaña de tres meses fueron agregados a su Iglesia.

En 1870 llega al puerto de Bombay en la India, que en ese entonces estaba bajo el dominio imperial de Gran Bretaña, incluyendo lo que actualmente es Pakistán y Bangladesh. La obra metodista episcopal se había iniciado en esta zona en 1856 por el Rev. William Butler y su esposa.

En 1875, Taylor se reúne con su familia en Londres, por invitación del evangelista Dwight L. Moody.

El 16 de octubre de 1877 William Taylor embarca  junto a su hermano Archibald en Nueva York en dirección a Sudamérica, debido a su falta de recursos, sólo puedo hacerlo en la cubierta del barco, pero esto no aminoró la motivación ejercida sobre el por un co-misionero pionero en California llamado Dr. J.A. Swaney, quien había servido por seis años en las costas de Perú y Chile como capellán de los marinos por la “Sociedad Americana amiga de los marinos”, lo que lo motivó a implantar misiones de sostén propio en esa tierra, también fue ayudado por el Presidente de Los Estados Unidos, quien le envío de su propio cuño y firma una carta de introducción y recomendación a la gente de América del sur.

Esta carta del Presidente Rutherford le fue ofrecida por un amigo de ambos: Nunca penso en solicitarle una carta al Presidente de Los Estados Unidos. Él había abogado ante las autoridades de la Iglesia Metodista Episcopal a favor de América del sur, y ofreció sus servicios sin costo alguno a la Iglesia; pero ellos aparentemente pensaban que el tiempo para ello no había llegado, así que, prosiguió enteramente bajo mi propia responsabilidad, como lo había hecho en la India, donde funda iglesias que surgieron con auto sustento, sin quebrar ley alguna de la Iglesia, pero procediendo de manera que se estimó que estaba fuera de orden, sin tener autoridad oficial de la Iglesia o el Estado para proceder en la misión.

El 3 de noviembre de 1877 llega al Callao, Perú, siguiendo la ruta de Nueva York hasta el Istmo de Panamá y retomando el viaje en otro barco.

En el Callao permanece junto a su hermano durante dos meses y posteriormente prosigue solo hasta Tarcahuano.

En la capital de Chile se entrevista con el Presidente Aníbal Pinto de quien recibe muchas felicitaciones y ofrecimientos de apoyo en relación con los colegios ingleses que proyectaba fundar en Chile. También es recibido por Miguel Luis Amunategui, Ministro de Justicia e Instrucción Pública. Así Taylor pudo constatar simpatía con la cual las más altas autoridades de la nación, representantes del partido Liberal, miraban los esfuerzos educacionales y religiosos que misioneros protestantes pudieran realizar, y la influencia que estos pudieran llegar a ejercer para contrarrestar el poder de la Iglesia romana, y de su aliado el Partido Conservador.

Posteriormente viaja a Valparaíso para regresar a Los Estados Unidos. Sin embargo antes realiza cultos en los barcos que se encontraban en ese puerto consiguiendo las suscripciones para financiar el envío de un capellán que estaba prometiendo vendría a ser el principal fundador de la futura Iglesia Metodista de Chile.

De regreso a Nueva York se detiene algunos días en el Callao a ayudar a su hermano en la obra pastoral que ambos habían iniciado, para posteriormente proseguir su camino.

Taylor había encargado a un  joven pasto llamado Rev. A. P. Stowell que estaba por egresar del Seminario Teológico de la Universidad de Boston, el principal centro intelectual de la Iglesia Metodista Episcopal. Al llegar a Nueva York después de su viaje a Chile, Taylor se encontró con que Stowell le tenía el nombre de ocho candidatos que estaban listos para recibir órdenes.

En su viaje Taylor se había comprometido a enviar misioneros a doce distintos lugares para lo cual necesitaba doce hombres y seis mujeres: pastores a congregaciones de habla inglesa, a Colón (Panamá), Callao y Coquimbo; pastores para actuar como capellanes de marinos a Huanillos y Pabellón de Pica (Perú) y Valparaíso; pastores maestros de escuela, a Mollendo, Iquique, Antofagasta y Copiapó; y maestros a Tacna, Concepción y Talcahuano. Taylor decide no enviar pastores a lugares donde ya hubiera un pastor evangélico, excepto Valparaíso, y allí sólo para la obra entre los marinos, labor que nadie estaba realizando.

Sin embargo no todos los grupos de patrocinadores en Sudamérica cumplieron con su compromiso de ayudar al proyecto de auto – sostén. El primer grupo de patrocinadores en cumplir su compromisos fue el grupo de Católicos Romanos de estado unidenses de Tacna, sin embargo, posteriormente comité de Concepción decide no colaborar, diciendo que temía que el movimiento habría de causar conflictos entre dos grandes partidos políticos del país, y que, siendo un comerciante, sus negocios podrían sufrir.

Esta situación observa Taylor, indicaba claramente la necesidad de tener un fondo para viajes y de ahí en adelante permitir que los amigos que deseaban hacerlo pudieran contribuir para los pasajes. De todas maneras Taylor siguió adelante con el plan de enviar los misioneros a los lugares donde tenía compromisos.

Los misioneros llegan a Chile en tres grupos, la labor de la mayoría de ellos fue heroica, ya que, llegaron a un lugar dominado por la Iglesia católica Romana, donde los protestantes no eran bien recibidos, además estalla la Guerra del Pacífico con la consiguiente re – distribución del territorio y crisis económica. Algunos misioneros murieron a causa de enfermedades ocasionadas principalmente por las precarias condiciones en que vivían, otros regresaron a su país en malas condiciones de salud  y en forma irreversible, otros nunca recibieron ayuda de las personas que las habían comprometido, por lo cual, tuvieron que trabajar para costear la misión, además varios fueron rechazados por los propios empresarios ingleses y americanos para no tener conflictos con la Iglesia Católica.

Otros como los colonos luteranos del Lago Llanquihue no aceptaron el proyecto de auto-sostén porque estaban acostumbrados a que el estado pagara sueldo al pastor.

Debido al desamparo en que se encontraban, estos misioneros decidieron reunirse por primera ves en el año 1879, sin mucha convocatoria, pero el año 1980 se logra una organización que los uniera, la que decidieron llamar Conferencia Misionera. Ira LaFetra fue elegido Presidente de la Conferencia y del Comité Ejecutivo que había de velar por la obras durante el año. En esta Conferencia LaFetra declara “Es unánime el sentir de los obreros que Dios nos envío a quedar aquí, y que nuestra labor es la de tomar a Chile para Cristo”. De mutuo acuerdo se hicieron ajustes en cuanto a designación a los lugares de trabajo. Aún se seguía considerando a Taylor como la única autoridad y que cada obrero podía entenderse directamente con él. Pero por las dificultades provocadas por la distancia. Ahora se podía recurrir a la ayuda de LaFetra y al Comité Ejecutivo.

De ahí en adelante la “Conferencia Misionera” continuó siendo un acontecimiento anual por muchos años.

A fines del año 1881 la misión Taylor tuvo la primera visita de un obispo de la Iglesia Metodista Episcopal. Cuando llegó el obispo W. L. Harris.

En 1882, la Junta de Obispos de la Iglesia Metodista Episcopal dictaminó que ningún pastor en un campo extranjero que no estaba bajo el control de la sociedad misionera podía ser elegido a órdenes ministeriales o estar bajo nombramiento episcopal. Como resultado de esta decisión William Taylor fue citado a una reunión en la cual le fue notificado que sus misiones en Sudamérica estaban fuera de orden y que debían entregarlas a la Sociedad Misionera; de otra manera todos sus misioneros relacionados con la Conferencia anual (sólo nueve de ellos, entre los cuales se encontraba Ira LaFetra y otros nombrados por el Obispo W. L. Harris en su visita a la misión chilena), tendrían que retornar a su conferencia o localizarse. Esto significaba que ellos perderían respaldo oficial como pastores metodistas.

Taylor defendía su proyecto de sostén propio y deseaba mantener su propia supervisión de la obra ya iniciada, por lo cual, respondió al Comité general que él se referiría del caso sólo hasta la próxima Conferencia general, por mientras solicita su localización en la Conferencia de la India.

La localización de los pastores en Chile se hizo efectiva, dejando la obra en Chile huérfana de toda relación oficial con la Iglesia Metodista Episcopal. Sin embargo, sólo un misionero decidió regresar a su patria a fin de no ser localizado. Todos los demás fueron leales a su compromiso con Taylor y con Dios, y la obra en Chile y Perú siguió adelante. La autoridad moral y espiritual de cada misionero fue su credencial.

La Conferencia de la India aprueba la localización de Taylor en la Conferencia y lo elige como delegado laico en la Conferencia general de 1884. Taylor solicita que se declare si es legítimo y correcto o no que un pastor metodista americano consiga que personas se conviertan a Dios fuera de los Estados Unidos según la disciplina metodista y si al cumplir condiciones de admisión o prueba se tiene o no derecho a membresía en la Iglesia Metodista Episcopal directamente, sin el patrocinio de una sociedad misionera.

De esta manera Taylor esperaba rescatar la legitimidad de su misión como obra Metodista sin entrar en choque frontal con los Obispos y la sociedad misionera.

Después de elegirlo como Obispo la Conferencia dio una respuesta a su petición con la siguiente formula “Dondequiera que se organicen Iglesias Metodistas en territorio fuera de una Conferencia anual, o cualquier misión regular de nuestra Iglesia, tal obra puede estar anexada a la Conferencia en los Estados Unidos que tales Iglesias elijan, con el acuerdo del obispo a cargo de tal Conferencia, y puede ser constituida como distrito presidido por un superintendente”.

Esta determinación autorizó la organización de Iglesias no comprendidas dentro de las Conferencias y Misiones bajo la supervisión de la Sociedad misionera, lo que en principio les daba legitimidad Metodista a las Congregaciones de la Misión Taylor (todas aún congregaciones de habla inglesa), y a las futuras en castellano que se esperaba habrían de surgir. Sin embargo, seis largos años habrían de transcurrir antes que la obra de la misión Taylor en Chile pudiera ser incorporada a una Conferencia anual y así a conexión orgánica oficial con la Iglesia Metodista Episcopal.

Esta legitimidad lograda por Taylor en el año 1884 fue decisiva para que Taylor pudiera persuadir a sus amigos el continuar su labor de apoyo a la misión mientras que él se dirigió al continente africano donde también esperaba fundas obras de sostén propio.

Los amigos del Obispo Taylor procedieron de inmediato a incorporarse como entidad legal en el estado de Nueva York con el nombre de “Sociedad de fondos de transito y construcción de las misiones de sostén propio del Obispo William Taylor”. Esta sociedad fue muy eficaz, construyendo edificios escolares, consolidando la labor educacional. El traspaso de la Misión Taylor a esta sociedad en el año 1884, marca el inicio de un nuevo periodo en la historia del Metodismo en Chile. El auspicio de esta Sociedad se extendió hasta fines del año 1893, cuando ella decidió cesar su apoyo a la Misión y traspasarla, junto con todas sus propiedades, a la Sociedad misionera de la Iglesia Metodista Episcopal, con la condición que la obra continuara siendo conducida bajo los mismos principios de sostén propio que había fijado William Taylor: (1) Los que predican el evangelio viven del evangelio. (2) El obrero es digno de su salario, que deberá ser pagado por aquellos para quienes trabaja.

En el año 1884 la Conferencia General de la Iglesia Metodista Episcopal lo nombró obispo misionero a África

En 1895 en Nueva York publicó su autobiografía, Historia de mi vida

Finalmente William Taylor se retiró a California, donde murió en Palo Alto el 18 de mayo de 1902.

Biografía:

  1. Valenzuela, Raimundo. Historia de la Iglesia Metodista de Chile 1878 – 1903. 2000. 133 pag.
  1. William, Taylor. Ten Years of Self-supporting Missions in India. New York: Phillips & Hunt, 1882, 66 pag.
  1. http://adbonline.anu.edu.au/biogs/A060267b.htm

 

 

 

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